Cómo el DIU me Desconectó de mi Cuerpo
- Isa Cardoze
- 11 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Desde hace un tiempo, llevo el DIU como método anticonceptivo. Al principio, pensé que sería una solución cómoda y práctica, pero lo que no imaginé es que, en el camino, me desconectaría de mi propio ciclo menstrual. Con el DIU, mi cuerpo dejó de darme ese ritmo natural, esa cadencia que antes guiaba mis emociones, mi energía y mi creatividad. Fue como perder una parte fundamental de mi brújula interna, algo que me hacía sentir profundamente conectada con mi feminidad.
La desconexión se volvió tan sutil y constante que comencé a extrañar la relación cíclica que tenía con mi cuerpo. Así, me encontré buscando alguna forma de reconectar. Y ahí fue donde la luna, con su ciclo natural de 28 días, entró en mi vida. Aprendí que, al igual que nosotras, la luna atraviesa fases, desde la expansión hasta la introspección y la liberación. Empecé a seguir su ciclo y a descubrir cómo cada fase podía reflejar las diferentes etapas de mi propio ciclo femenino, incluso si mi menstruación estaba “silenciada”.
Esta conexión con la luna me recordó que nuestra energía femenina es cíclica y poderosa. Vivimos en una sociedad que nos empuja a desconectarnos de nosotras mismas, que nos dice que es mejor ser constantes e inmutables, pero nuestro poder verdadero reside en abrazar nuestros ciclos, en escuchar esos cambios que nos hacen únicas. Aquí te comparto cómo cada fase lunar conecta con cada momento de nuestro ciclo femenino:
1. Luna Nueva - La Menstruación: La luna nueva marca el inicio del ciclo lunar, y en nuestro ciclo femenino corresponde a la menstruación. Es un tiempo de descanso y renovación, cuando la energía se retira hacia el interior. Al igual que la luna nueva, nosotras estamos en nuestro momento de introspección más profundo. Este es el momento ideal para plantar intenciones, para permitirnos descansar y escuchar nuestra sabiduría interna. Es un recordatorio de que es válido parar y honrar lo que necesitamos.
2. Cuarto Creciente - La Preovulación: Después de la luna nueva, la luna comienza a crecer. Este período de luna creciente es similar a la fase de preovulación en nuestro ciclo, cuando nuestra energía regresa gradualmente. Nos sentimos creativas, abiertas y con la mente enfocada en nuevos proyectos. Es el momento de sembrar nuestras intenciones y trabajar en ellas con claridad, aprovechando que tanto nuestra mente como nuestro cuerpo están en un punto alto de energía y apertura.
3. Luna Llena - La Ovulación: La luna llena es el momento de máxima energía y expansión, y coincide con la fase de ovulación en nuestro ciclo. Así como la luna llena brilla en su plenitud, es cuando nuestra energía, sensualidad y capacidad de manifestación están en su punto máximo. Es una fase de compartir, de conectar con los demás y de abrirnos a recibir. Es un recordatorio de que, cuando estamos alineadas con nuestra propia luz, podemos atraer y manifestar desde la plenitud.
4. Cuarto Menguante - La Pre-menstruación: Después de la luna llena, comienza la fase menguante, que en nuestro ciclo es similar a la fase premenstrual. Aquí la energía vuelve hacia el interior, empezamos a soltar y dejar ir aquello que ya no necesitamos. Es una etapa de reflexión y de liberación, de limpiar y purificar para preparar el próximo ciclo. Aunque es una fase intensa, también es poderosa; nos invita a soltar las emociones acumuladas, a hacer espacio y a honrar nuestras sombras con amor y compasión.
Hoy en día, la luna y sus fases son mi guía para reconectar con mi cuerpo, para recordarme que mi poder está en cada una de estas fases y en honrar mi propio ciclo, incluso si mi menstruación no me acompaña. Al reconectarme con la luna, he encontrado una forma de retomar mi poder femenino, de hacerme consciente de que nuestra verdadera fuerza está en escucharnos y respetar nuestras necesidades, en lugar de seguir el ritmo frenético de la vida moderna que, muchas veces, nos desconecta de nuestra esencia.
Si sientes que estás desconectada de tu cuerpo o que tu ciclo ha perdido sentido, tal vez observar la luna y sus fases puede ayudarte a encontrar una nueva brújula. Reconectar con nuestros ciclos naturales es una forma de retomar nuestro poder, de volver a nosotras mismas y recordar que somos cíclicas, cambiantes y profundamente conectadas con la naturaleza.
¿Has sentido esta conexión con la luna o con tu propio ciclo? ¿Qué haces para mantener esa conexión contigo misma?
¿Te gustaría saber cuales son los pasos que he seguido para conectarme con mi ciclo? Sígueme en Facebook y en Instagram para compartirte mis trucos y rituales.

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